VIOLETA PARRA Y LA BIOGRAFIA - PALOMA AUSENTE

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PALOMA AUSENTE
VIOLETA PARRA
COMPOSITOR: VIOLETA PARRA
PAIS: CHILE
ALBUM: ANTOLOGÍA DE VIOLETA PARRA
DISCOGRÁFICA: WARNER MUSIC
GÉNERO: FOLCLORICA CHILENA,
AÑO: 1977.

Antología es un álbum recopilatorio de Violeta Parra, folclorista y cantante chilena, lanzado por Warner Music en 1999. Reúne canciones de los discos del catálogo de Violeta que fueron lanzados por Warner Music em 1999, y, por ende, omite algunas de las canciones más conocidas de la folclorista, que aparecen en discos editados por EMI.
El disco, si bien ha servido como introducción para el público en general a la obra de Violeta Parra, ha tenido críticas por parte de los seguidores de la folclorista y de la música chilena en general. Por un lado, su exigua duración de poco más de una hora habría permitido que las veintiséis pistas se ubicaran cómodamente en un único disco. Se incluyen cinco breves extractos de SUS Décimas y Centésimas, por lo que el número de canciones del álbum doble alcanza a veintiuno. Por otro lado, las versiones de "Qué Pena Siente el Alma", "La Jardinera", "Casamiento de Negros" y "El Palomo", entre otras, no son las originales, sino aquellas que Violeta grabó para Cantos de Chile (Presente/Ausente) en Francia y se omiten clásicos como "Qué He Sacado con Quererte", "Paloma Ausente", "Yo Canto a la Diferencia", "El Chuico y la Dama juana", "Verso por Desengaño", "La Pericona Se Ha Muerto" y "Se Juntan Dos Palomitos", por pertenecer al catálogo de EMI, que no ha relanzado estos trabajos.
El álbum fue lanzado em 1999 por Warner Music. Em abril de 2008, la edición chilena de la revista Rolling Stone situó a este álbum como el 27º mejor disco chileno de todos los tiempos. 

Cinco noches que lloro por los caminos,
cinco cartas escritas se llevó el viento,
cinco pañuelos negros son los testigos,
de los cinco dolores que llevo adentro.
Paloma ausente, blanca paloma,
rosa naciente.

Paso lunas enteras mirando el cielo,
con un solo deseo en el pensamiento,
que no descienda herida mi palomita,
la que viene fundida los elementos.
Paloma ausente, blanca paloma,
rosa naciente.

Dicen un papel escrito con tinta verde,
que teniendo paciencia todo se alcanza,
una que bien la tuvo salió bailando,
de su jardín, al Arco de las Alianzas.
Paloma ausente, blanca paloma,
rosa naciente.

Una jaula del aire viene bajando,
con todos sus barrotes de calaminas,
todos los pajarillos vienen trinando,
sin enbargo, distingo a mi golondrina.
Paloma ausente, blanca paloma,
rosa naciente.

Voy a ponerme un traje de mariposa,
mañana cuando llegue mi palomita,
en los dedos banderas de tres colores,
y en las pestañas miles de candelillas
Paloma ausente, blanca paloma,

rosa naciente.


  




Violeta Parra
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        Violeta del Carmen Parra Sandoval (San Fabián de Alico o en San Carlos, 4 de octubre de 1917 - Santiago, 5 de febrero de1967) fue una cantautora, pintora, escultora, bordadora y ceramista chilena, considerada una de las folcloristas más importantes de América y fundadora de la música popular de su país. Era miembro de la prolífica familia Parra.
El aporte de Violeta Parra al quehacer artístico y musical chileno se considera de gran valor y trascendencia. Su trabajo sirvió de inspiración a muchos artistas posteriores, quienes continuaron con su tarea de rescate de la música del campo chileno y las manifestaciones constituyentes del folclore de Chile y de América Latina. Sus canciones han sido versionadas por gran cantidad de artistas, tanto chilenos como extranjeros.

   BIOGRAFÍA

LOS PRIMEROS AÑOS

Casa donde, según la municipalidad de San Carlos, 
nació Violeta Parra, ubicada en El Roble Nº 531 y 535. 
Monumento Histórico de Chile desde 1992.
     
Hija del profesor de música Nicanor Parra Parra y de la campesina Clarisa Sandoval Navarrete, Violeta tuvo cinco hermanos y dos medio hermanos.
Existe controversia sobre su lugar de nacimiento: la Municipalidad de San Carlos afirma —en su sitio oficial y un cartel a la entrada de la ciudad— ser «la cuna de Violeta Parra» y la casa ubicada en la calle El Roble Nº 535-531 fue declarada monumento histórico en 1992 porque supuestamente allí nació la cantante. La familia de Violeta Parra, en cambio, no ratifica este dato y en el sitio de la Fundación Violeta Parra se afirma que la folclorista nació en San Fabián de Alico, localidad ubicada al interior de San Carlos. Sin embargo, Isabel Parra, presidenta de la institución en honor a su madre, apoyó en 2013 la casa de San Carlos al afirmar que ella «será una sucursal de la fundación en el sur».
La infancia de Violeta transcurrió principalmente en el campo. Entre 1919 y 1921, la familia residió en Santiago, pero regresó ese mismo año al sur, a Lautaro; después se trasladó a Chillán y finalmente se instaló en Villa Alegre.
Su madre se afanaba sobre la máquina de coser para cooperar a la mantención de la numerosa familia. Violeta sufría continuamente de enfermedades, incluyendo un ataque de viruela a los tres años. Mientras mejoraba, se divertía junto a sus hermanos en las aguas del vecino río Ñuble y en los aserraderos y barracas del sector.
Los niños revelaron precozmente su inclinación al espectáculo. Imitaban a los artistas de los circos que se instalaban en las proximidades del hogar. Se disfrazaban con atuendos de papel; Violeta y su hermano Lalo, cantaban a dúo y montaron varias representaciones por las que cobraban entradas a los niños. Violeta empezó a tocar la guitarra a los 9 años, mientras que a los 12 compuso sus primeras canciones.
Realizó los cursos primarios y estuvo un año en la escuela normal, que abandonó para trabajar en el campo y ayudar a su familia, ya que su padre enfermó gravemente. Los hijos de la familia lucharon por sobrevivir saliendo a cantar en restaurantes, posadas, circos, trenes, campos, pueblos, calles e incluso en burdeles.

               LLEGADA A SANTIAGO
Edificio de la Escuela Normal de Niñas, donde estudió
por un tiempo la cantautora.

Los problemas económicos se agravaron cuando el padre falleció en 1931 y, al año siguiente, Violeta se fue a vivir a Santiago invitada por su hermano Nicanor, que estudiaba allí. Retomó los estudios en La Escuela Normal de Niñas, donde no se sintió a gusto, porque era el canto y no la escuela lo que le interesaba. Por eso, la dejó y comenzó a cantar en bares, quintas de recreo y pequeñas salas de barrio junto con su hermana Hilda, en un dúo de música folclórica llamado Las Hermanas Parra, con lo que tenía una fuente de ingresos.
En 1935, su madre y sus hermanos llegaron a Santiago y se instalaron en la comuna de Quinta Normal. Tres años más tarde se casó con el empleado ferroviario Luis Cereceda, con el que tuvo dos hijos: Ángel e Isabel. Ambos se convertirían en importantes músicos y adoptarían el apellido materno al ingresar en el ambiente artístico. El matrimonio —que vivió en Llay-Llay, Valparaíso y Santiago—, no tardó en presentar inconvenientes, dado el carácter inquieto y lleno de distracciones de Violeta —cantaba en botes del puerto, se presentaba en radios y se había unido a un grupo de teatro—, que no se acomodaban al ideal convencional de esposa. Se separaron en 1948, pero antes, Cereceda, que milita en el Partido Comunista, iniciaba a Violeta en la actividad política y ambos participan ayudando en la campaña presidencial de Gabriel González Videla (1946).
En 1949, nació su hija Carmen Luisa Arce Parra y ese mismo año contrajo matrimonio con el padre de la niña, Luis Arce. En 1952, nació su hija Rosita Clara. En la misma época, editó sus primeros discos junto con su hermana Hilda, para el sello RCA Victor. Se trataba de grabaciones en formato single de canciones populares chilenas, como «El Caleuche», «La cueca del payaso» y «La viudita». El dúo funcionó de manera constante hasta 1953.
A principios de la década de 1950, comenzó su extensa labor de recopilación de tradiciones musicales en diversos barrios de Santiago y por todo el país. En estas andanzas, conoció a diversos poetas, incluyendo a Pablo Neruda y Pablo de Rokha. Su hermano Nicanor la estimuló a asumir con personalidad propia la defensa de la auténtica música chilena, en contra de los estereotipos que hasta ese momento se manejaban. Es así como su repertorio —hasta entonces basado en boleros, cantos españoles, corridos mexicanos y valses peruanos— pasa a las canciones más tradicionales del campo chileno, que le permiten descubrir los valores de la identidad nacional como ningún otro artista lo había hecho antes.
Esta labor de recopilación está plasmada en más de tres mil canciones, reunidas en el libro Cantos folclóricos chilenos y sus primeros discos en solitario, editados por EMI Odeon.

LOS PRIMEROS VIAJES


En 1953, grabó los exitosos sencillos «Casamiento de negros» y «Qué pena siente el alma», que se convirtieron en dos de sus canciones más conocidas. Al año siguiente, mantuvo en la Radio Chilena el programa Canta Violeta Parra, y ganó el Premio Caupolicán a la folclorista del año, lo que le valió una invitación para presentarse en un festival juvenil en Varsovia, Polonia. Aprovechó este viaje para recorrer la Unión Soviética y partes de Europa. Fue particularmente provechosa su estancia en París, ya que allí grabó sus primeros larga duración (Guitare et chant: chants et danses du Chili, editado en 1956, y una serie de canciones grabadas que se editarían en diversas compilaciones posteriormente), que incluían exclusivamente canciones recopiladas del folclore chileno. El éxito obtenido en Europa era inédito para cualquier artista chileno, y Violeta se llenó de inspiración y creatividad. Fue en París donde se enteró de la muerte de su hija Rosita Clara.
Regresó a Chile en 1957 y en noviembre se fue con sus hijos Carmen Luisa y Ángel a Concepción, contratada por la universidad penquista. Allí fundó, al año siguiente, el Museo Nacional del Arte Folklórico y posteriormente regresó a Santiago.
Cuatro discos suyos aparecieron en ese periodo —Canto y guitarra (1957), Acompañada de guitarra (1958), La tonada y La cueca (los dos últimos de 1959)— bajo la etiqueta de EMI Odeon, con varias de sus primeras composiciones. Acá asomaba la cantante preocupada de temas sociales («Yo canto a la diferencia»), la brillante constructora de décimas y composiciones poéticas («Verso por desengaño») y la musicalizadora de poemas («Cueca larga de los Meneses», de su hermano Nicanor). Los discos se grabaron con el mínimo acompañamiento de una guitarra de madera, y en la actualidad se encuentran descontinuados, al igual que su álbum editado en Argentina —donde se censuró su polémica canción social «Por qué los pobres no tienen»— y el álbum Toda Violeta Parra (1960).
Además, su actividad artística se diversificó: trabajó en cerámicas, pinturas al óleo y arpilleras. Trabajó un tiempo en un museo de arte popular y folclórico que ella misma fomentó a crear en la Universidad de Concepción y luego viajó por casi todo Chile, ofreciendo cursos de folclore y recitales.

UNA CHILENA EN PARÍS

En 1961, Violeta viajó a Argentina, donde vivió en General Pico y Buenos Aires y en junio se reunió en esta última ciudad con sus hijos Ángel e Isabel y su nieta Tita para embarcarse rumbo a Helsinki (Finlandia) para participar en el VIII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. Después, recorrió La Unión Soviética, Alemania, Italia y Francia, donde se instaló en París. Allí cantó en el Barrio Latino y dio recitales en Teatro de las Naciones de la Unesco, actuó en radio y televisión junto a sus hijos, bordó arpilleras e hizo esculturas en alambre.
Además de lanzar al mundo del disco a sus hijos Ángel e Isabel, con el mote de Los Parra de Chile, continuó sus grabaciones con el LP Recordando a Chile, también conocido como Una chilena en París, que incluyó dos canciones compuestas y cantadas en francés, así como también otros temas muy importantes de su carrera, como «Paloma ausente» y «Arriba quemando el sol»; asimismo, en 1962 grabó para el sello Arión una serie de canciones editadas en diversas recopilaciones posteriores. Fue una etapa de gran nostalgia, tal como lo atestiguan canciones tan sentidas como «Violeta ausente».
En 1964, logró una marca histórica al convertirse en la primera latinoamericana en exponer individualmente en el museo del Louvre. También escribió el libro Poesía popular de Los Andes y la televisión suiza filmó el documental Violeta Parra, bordadora chilena, que se constituyó en una de las escasas fuentes audiovisuales que hoy se conservan de la artista.
En este periodo, forjó una firme relación con el antropólogo y musicólogo suizo Gilbert Favre, el gran amor de su vida —con el que vivió en Ginebra, compartiendo su tiempo entre Francia y Suiza—, y destinatario de sus más importantes composiciones de amor y desamor: «Corazón maldito», «El gavilán, gavilán», «Qué he sacado con quererte», entre muchas otras.
En esta época, surgieron sus textos más combativos: canciones como «Miren cómo sonríen», «Qué dirá el Santo Padre», «Arauco tiene una pena» y «Según el favor del viento» formaron la base de la corriente musical conocida como la Nueva Canción Chilena. Las canciones fueron recogidas en las numerosas ediciones de Canciones reencontradas en París.
EL FINAL
Tumba de Violeta Parra en el Cementerio General

En junio de 1965, Violeta regresó a Chile. A fines de ese año, instalo una gran carpa en la comuna de La Reina, con el plan de convertirla en un importante centro de cultura folclórica, junto con sus hijos Ángel e Isabel y los folcloristas Rolando Alarcón, Víctor Jara y Patricio Manns, entre otros. Pese a su sueño de convertir la carpa en un referente para la cultura de Chile, la respuesta no fue muy motivadora y el público no la apoyó.
La indiferencia del público chileno fue uno de los factores que desencadenó su muerte. El final de su relación con Gilbert Favre, quien se marchó a Bolivia en 1966, originó una de sus canciones más conocidas, «Run Run se fue pa'l norte», y la dejó en un estado de ánimo muy vulnerable. Lo fue a ver a Bolivia y lo encontró casado —un mito urbano atribuyó la depresión de Violeta a un amor no correspondido por el cantante Pedro Messone, algo que él mismo ha desmentido haciendo notar la gran diferencia de edad de ambos; esta relación entre ambos habría sido hecha pública por la misma cantautora al declarar en una radio que había tenido un «hermoso idilio con él durante una gira al sur»; sin embargo, habría sido el músico uruguayo Alberto Zapicán y no Messone su última pasión—.Lanzado en 1966 y grabado junto con sus hijos y Alberto Zapicán, el disco Las últimas composiciones incluye sus himnos humanitarios «Gracias a la vida» y «Volver a los 17», además de otras canciones importantes y conocidas, como «El rin del angelito», «Pupila de águila», «Cantores que reflexionan» y «El Albertío». «Gracias a la vida» ha sido interpretada por grandes artistas como Mercedes Sosa, Raphael y Pedro Vargas —en 1977, las autoridades de TVN prohibieron su triunfo en el programa La canción de todos los tiempos, en el que la interpretó Gloria Simonetti—, y «Volver a los 17», por Joan Manuel Serrat, Milton Nascimento, Franco Simone y muchos otros.
Tras varios intentos fallidos, Violeta Parra se suicidó a los 49 años en la carpa de La Reina el 5 de febrero de 1967, dejando su legado artístico a Chile y al mundo. Mientras que para muchos resulta paradójico que la autora de «Gracias a la vida», un himno a la existencia, se suicidara un año después de escribirla, otros críticos de su obra perciben en la letra, en el estilo de musicalización, en los tonos usados y en la monotonía de sus temas el reflejo de un estado de ánimo depresivo y una canción de despedida.
LEGADO MUSICAL
ARTÍCULO PRINCIPAL: DISCOGRAFÍA DE VIOLETA PARRA
Violeta Parra dejó una gran cantidad de música inédita, que se ha ido conociendo después de su muerte. Sus Décimas autobiográficas (ya editadas en libro), que habían sido grabadas con voz de Violeta, fueron recopiladas en un Long Play editado por Alerce en 1976 (después ampliadas en Décimas y centésimas); Warner Music Chile sacó en 1999 el concierto que dio en Ginebra (Violeta Parra en Ginebra) y sus peculiares Composiciones para guitarra.
Además del gran legado de sus propias grabaciones, Violeta Parra ha sido versionada por una innumerable cantidad de músicos chilenos, entre los que se cuentan Víctor Jara, Quilapayún, Illapu, Patricio Manns, Los Jaivas, Inti Illimani, (que, además de diversas grabaciones individuales de canciones de Violeta, ejecutó la obra de Luis Advis Canto para una semilla, musicalización de las Décimas autobiográficas). Un tributo rock producido por Álvaro Henríquez con la participación de artistas como Los Bunkers, Pettinellis, Lucybell, Javiera Parra (su nieta), Chancho en Piedra y Juanita Parra (baterista de Los Jaivas) que vio la luz en 2001 con el título de Después de vivir un siglo. Incluso baladistas populares como Myriam Hernández, Gloria Simonetti y Luis Jara han incorporado la música de Violeta en sus repertorios.
Un aporte importante a la música es el rescate de la tradición musical chilena por parte de Violeta: el canto a lo divino («El rin del angelito», «Verso por una niña muerta», por ejemplo), el lamento mapuche («Qué he sacado con quererte»), sus canciones nortinas, sin dejar de lado su gran sensibilidad social, como en «Mazúrquica modérnica», «Rodríguez y Recabarren» y «La carta», entre otras.
Cabe destacar en el legado musical de Violeta sus interesantes composiciones instrumentales para guitarra, donde conjuga folclorismo y modernidad.

Tributo a Violeta Parra

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Los hijos de Violeta, Ángel Parra(arriba, 1973) e 
Isabel Parra (abajo, 2008) han buscado mantener vigente
la música de su madre.

Una gran cantidad de canciones de Violeta Parra han sido versionadas por sus hijos Ángel e Isabel desde que conformaban un dúo, mientras que su nieto Ángel Parra Orrego editó un disco con las anticuecas en 1994, y Tita Parra lanzó en 1998 una continuación de las décimas, con el título de Centésimas del alma. Otras conocidas bandas chilenas tales como Los Jaivas, Quilapayún, Los Tres o Los Bunkers también tienen versiones propias de algunos de sus temas.
Fuera de Chile, y tanto en grabaciones como en vivo, Violeta Parra ha sido interpretada por destacados artistas
Argentina: Mercedes Sosa, Los Chalchaleros, Fito Páez, Pedro Aznar, Charly García, León Gieco, Alberto Cortez, Facundo Cabral, Ligia Piro, Los Calchakis
Bolivia: Savia Andina
Brasil: Chico Buarque, Elis Regina, Milton Nascimento y Caetano Veloso.
Canadá: Michael Bublé
Colombia: Andrea Echeverri, Juanes, Shakira
Corea del sur: Davichi.
Cuba: Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Issac Delgado
España: Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Paloma San Basilio, María Dolores Pradera, Miguel Bosé, Alejandro Sanz, Raphael, Plácido Domingo, Rosario Flores y Baccara
Estados Unidos: Joan Báez, Faith No More
Finlandia: Arja Saijonmaa
Francia: Holden, Richard Clayderman
Grecia: Nana Mouskouri y Danai Stratigopoulou
Inglaterra: Robert Wyatt
Israel: Yasmin Levy
Italia: Gabriella Ferri, Laura Pausini
México: Óscar Chávez, Los Folkloristas, Antonio Domínguez Hidalgo, [Fher Olvera], Chavela Vargas, Ana Gabriel, Rubén Albarrán en su proyecto Hoppo!
Perú: Susana Baca, Eva Ayllón
República Dominicana: Juan Luis Guerra
Uruguay: Daniel Viglietti, La Tabaré, Jorge Drexler, Laura Canoura y Erwin Schrott
Venezuela: Soledad Bravo
Violeta Parra es mencionada en el tema Canción protesta del colombiano Aterciopelados (en su disco Oye de 2006), dentro de las figuras musicales más representativas de causa y compromiso social, nombrada junto a varios íconos del género como Víctor Jara, Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, León Gieco, Milton Nascimento, Joan Báez, Manu Chao y otros representantes de la contracultura anarquista. Faith No More, la banda de rock de San Francisco, interpretó Qué he sacado con quererte en sus presentaciones del 4 y 5 de diciembre en Santiago. El poeta, cantante y compositor español Joaquín Sabina le dedicó el último tema de su disco Vinagre y rosas (2008): Violetas para Violeta, una libre adaptación de La carta, que también grabó junto a Mercedes Sosa en el disco de la argentina Cantora, un viaje íntimo. El cubano Silvio Rodríguez le escribió una canción llamada Carta a Violeta Parra, perteneciente a su disco Segunda cita. Asimismo, su contemporánea, la compositora peruana Chabuca Granda le dedicó su conmovedora canción Cardo o ceniza.

FUNDACIÓN VIOLETA PARRA

Con el objeto de rescatar la figura y el legado de Violeta Parra, se creó la Fundación Violeta Parra en julio de 1991. Presidida por su hija Isabel Parra, busca "reunir, organizar y preservar su obra; proyectarla en Chile y en el exterior para que puedan acceder a ella estudiantes, artistas y público en general".
MUSEO CON OBRA VISUAL


Para diciembre de 2013 está prevista la inauguración de un museo dedicado a la obra de Violeta, que se llamará La Jardinera y estará ubicado en Santiago, específicamente en la avenida Vicuña Mackenna, cerca de la Plaza Italia.
Gestionado por la Fundación Violeta Parra, el museo exhibirá las arpilleras, esculturas, obras de papel maché y pinturas de la artista, además de documentación, fotos y material audiovisual. Tendrá dos pisos, un entrepiso, y contará con salas de exposiciones, cafetería y un auditorio para 120 personas que llevará el nombre de Antar, en memoria del nieto de Isabel Parra fallecido en 2010.
El proyecto inicialmente debía haber sido inaugurado en octubre de 2012, pero se retrasó, principalmente debido a problemas de financiación. Cristián Undurraga, arquitecto encargado, aseguró en marzo de 2013 que «este año se inaugura», en la primavera, mientras que Isabel se mostró más escéptica y no aventuró fechas. En julio, Ángel Parra dijo que el museo abrirá sus puertas en diciembre.

SU VIDA LLEVADA AL TEATRO Y AL CINE

Francisca Gavilán en 2011 interpretó a Violeta
en la película de Andrés Wood Violeta se fue a los cielos.

En Buenos Aires se rindió homenaje a su vida con la obra teatral Violeta viene a nacer adaptación del libro Y ahora, la resucitada de la violenta Violeta del escritor y periodista argentino Rodolfo Braceli interpretada por la actriz argentina Virginia Lago en los años 1993 a 1994.
En 2011 Andrés Wood estrenó su película Violeta se fue a los cielos basada en el libro homónimo de Ángel Parra y protagonizada por Francisca Gavilán. La cinta ha ganado varios galardones entre los que destaca el Gran Premio Internacional del Jurado en el Festival de Sundance (enero de 2012).


Música

1997 - Violeta Parra, texto y música (de su hijo Ángel Parra)
2001 - Después de vivir un siglo (de varios intérpretes)
2002 – Violeta (canción del disco Metaphora (de Ángel Petisme)
2006 - Violeta se fue a los cielos (de Ángel Parra)
2007 - Mariposa de noviembre (de Luis Pastor)
2009 - Violetas para Violeta, canción del disco Vinagre y Rosas (de Joaquín Sabina)

2011 - Violeta in marchita, canción del disco Volver a la Esencia (de Alfredo Becker Carrasco)

LEGADO ARTÍSTICO
EXPOSICIONES INDIVIDUALES

1964: Exposición individual del cuerpo humano Louvre, París, Francia.
1970: Recordando a Violeta Parra. Instituto Cultural de Las Condes, Santiago.

2003: Óleos de Violeta Parra, Palacio Consistorial de la I. Municipalidad de Santiago, Santiago.

EXPOSICIONES COLECTIVAS

Ferias de Artes Plásticas al aire libre, Museo de Arte Contemporáneo, Universidad de Chile, Santiago.

1959: Exposición pictórica en Buenos Aires, Argentina.

EXPOSICIÓN EN GINEBRA, SUIZA.

2010: voces se unen con la canción gracias a la vida por la tragedia que afecta a la zona centro sur de Chile.

OBRAS EN COLECCIONES PARTICULARES


Velorio de angelito, bordado sobre tela, 27 x 41cm
La hija curiosa, óleo sobre madera, 36 x 46cm
El machitún, óleo sobre madera, 31 x 46cm
Contra la guerra, bordado sobre arpillera, 144 x 192cm
Combate naval I, bordado sobre arpillera, 225 x 130cm
El circo, bordado sobre tela
Árboles coloridos, óleo sobre madera, 46 x 23cm
La cantante calva, 1960, bordado sobre yute natural, 136 x 46cm

Leyendo 'El Peneca', 1965, óleo sobre madera, 51 x 73cm



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